No hay ninguna máquina del tiempo en la que se rebobine el tiempo hacia atrás, ni ninguna magia. Por eso hay que aprovechar bien a las personas que nos importan, que nos cuidan y dejar de valorar a aquellas que no tienen precio, que no valen nada y que ocupan demasiado. Debemos dejarle ese espacio a otras razones a otras alegrías.
Recuerdo tantas cosas, que no soy capaz de decir como me sentía con palabras, simplemente con sonrisas y llantos. Recuerdo sus consejos, sabios, maduros y que siempre los llevaré encima, porque son los mayores consejos que me a podido dar una persona. Crecí a su lado, día tras día sintiendo sus abrazos y oyendo sus historias. Pero las cosas se hacen viejas, todo envejece, incluso nosotros envejeceremos... y todo acabará, pero tu decides el fin de tu historia, y tu decidiste el mejor de los finales, en dejar huella en cada sitio que estuviste.